sábado, 7 de enero de 2012

ESTA VEZ PASARON DE LARGO LOS REYES MAGOS...



La última vez que puse hierba y agua a los camellos fue a los cinco años. No recuerdo quien escribió la carta, aunque seguro lo hizo con mala ortografía, porque Gaspar, Melchor y Baltazar se aparecieron con un camión de volteo y unos bolos plásticos.
Me alegré, a los cinco años la alegría le llega a uno por cualquier cosa, pero viví convencido de que algo faltó por poner encima del sofá. Lo pusieron allí por miedo a que si llovía, la creciente llevara consigo tantas cosas lindas.
A estas alturas, y despierto, ha llegado a mi oído una música rara. Miré hacia atrás y a la entrada de mi pueblo estaban apostados Gaspar, Melchor y Baltazar, que esperaban por mí desde el día en que me fui de mi casa con sólo doce años.
Los llamé y vinieron hasta el sitio prestado donde vivo, les invité a tomar sambumbia, que supo igualito a la de Nana. Luego del descanso se marcharon los tres sin decir nada, dejaron este rincón repleto de recuerdos y palabras.
Supe al fin la verdadera razón de aquel presentimiento, algo faltó, no estuve equivocado. Aquella vez de mis cinco años, además de los juguetes y el beso de mis padres, pedí a los Reyes Magos una buena memoria y la ocasión para escribir los recuerdos más lindos de mi infancia.


Y EN ESO ANDO, ARRIMANDO PALABRAS PARA CONTAR LAS COSAS QUE ME SOSTIENEN LA RAÍZ Y LOS SUEÑOS